Dame, ¡oh Señor!
La paciencia de Job.
La sabiduría de Salomón.
La discreción de María.
La lealtad de Juan Apóstol.
La hacendosidad de Martha.
Haz:
Que me despierte cada mañana con una amplia
sonrisa, dispuesta a comprender el mundo entero.
Que no me llamen sólo los trabajos fáciles, pues
es tan satisfactorio hacer lo que otros esquivan.
Permíteme ser:
Activa, sin ser llamativa.
Recatada, sin ser mojigata.
Correcta, sin ser altiva.
Elegante, sin llegar a la exageración.
Te doy gracias Señor por haberme
colocado en este trabajo donde puedo
ganar el pan de cada día, sirviéndote
a ti, a mi prójimo, a mi empresa y a mi patria.
CHIDO
ResponderEliminarAmen veamen ❤. Gloria al ETERNO.
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